Por qué funciona la Terapia Breve Centrada en Soluciones

¿Y si el cambio no tuviera que ser tan complicado?

La Terapia Breve Centrada en Soluciones (TBCS) parte de una idea sencilla pero poderosa: las personas ya tienen recursos, experiencias y capacidades que pueden ayudarles a avanzar, aunque ahora no lo vean del todo claro.

Como psicóloga, cada vez que acompaño a alguien desde este enfoque, me sigue sorprendiendo cómo una pequeña pregunta puede abrir nuevas posibilidades. Hoy quiero contarte por qué esta forma de hacer terapia puede ser tan eficaz, tanto por lo que veo en consulta como por lo que nos dice la investigación.

 

Cambios en pocas sesiones

La TBCS es una terapia breve y orientada a objetivos. No va de correr ni de tapar lo que duele. Va de enfocarse en lo que sí está funcionando, por pequeño que parezca, y ampliar eso en la vida cotidiana.

Muchas personas llegan a la primera sesión sin tener muy claro qué quieren cambiar, pero sí con una necesidad urgente: sentirse un poco mejor, recuperar energía o volver a tener esa sensación de «yo puedo». La TBCS empieza por ahí: por ese primer paso posible.

¿Por qué funciona?

1. Se enfoca en soluciones, no en el problema

No hace falta entender todos los detalles de lo que va mal. Empezamos por lo que ya ha funcionado antes y buscamos cómo repetirlo. Eso alivia, desatasca y da esperanza.

2. Tú llevas el timón

Aquí no hay un terapeuta que te dice lo que tienes que hacer. Lo que hay es un acompañamiento respetuoso para que tú te reconectes con tus propios recursos. Porque sí, los tienes.

Imagina que durante las sesiones formamos un pequeño equipo de exploración: tú traes las pistas —esas experiencias del día a día, pensamientos, dudas o logros que a veces pasan desapercibidos— y yo me encargo de ayudarte a interpretarlas. Un poco como si fuéramos científicas o arqueólogos en busca de tesoros olvidados. A veces, esos recursos que necesitas están ahí, pero enterrados bajo capas de vergüenza, culpa o falta de tiempo. Juntas vamos desenterrando lo valioso, lo que sí funciona, para que puedas usarlo justo donde lo necesitas ahora.

3. Preguntas que mueven

Más que detenernos a analizar por qué pasa lo que pasa, lo que hacemos es abrir preguntas que te inviten a mirar desde otro ángulo. Son como pequeñas llaves que, sin forzar, pueden abrir nuevas puertas. Posibilidades que quizá no estaban del todo a la vista.

Por ejemplo:

  • ¿Qué hiciste distinto ese día que te sentiste un poco mejor?

  • ¿En qué momentos te has sentido más cerca de cómo te gustaría estar?

No se trata de dar con la respuesta perfecta, sino de empezar a concretar hacia dónde quieres ir… y qué pequeños pasos podrían acercarte a ese lugar. Porque a veces, solo con imaginar algo distinto, ya se empieza a mover algo por dentro.

4. Es breve, flexible y accesible

Se adapta muy bien a distintos contextos: individual, en pareja, en familia o en grupo. También funciona online. Y como no se alarga innecesariamente, es más sostenible en tiempo y coste.

Un cambio empieza por una pregunta

La TBCS no va de soluciones mágicas. Pero sí propone algo distinto a otros enfoques: no necesitas entenderlo todo para empezar a cambiar.

Si estás en un momento en el que sientes que necesitas avanzar —aunque no sepas aún hacia dónde—, esta forma de terapia puede ayudarte a empezar ese camino. A veces basta con dar el primer paso para que lo demás empiece a ordenarse.

Aunque la TBCS es el enfoque que guía mi trabajo, no me limito a una sola manera de acompañar. Cuando lo veo necesario, incorporo otras herramientas: desde técnicas activas y recursos de psicoeducación hasta enfoques propios de una psicoterapia integradora. Y siempre con un criterio claro: que lo que usemos tenga respaldo en la evidencia y se ajuste a lo que tú necesitas.

Porque no todas las personas necesitan lo mismo. Y no se trata de hacerte encajar en un método, sino de adaptar el proceso terapéutico a ti. Como si construyéramos un traje a medida, juntas, paso a paso.

Si te apetece, en una primera sesión de valoración gratuita podemos hablar de lo que necesitas y resolver cualquier duda que tengas.

Porque a veces, un pequeño cambio en la dirección adecuada puede llevarte muy lejos.

Hay una metáfora que lo ilustra muy bien: si en un avión modificas el rumbo solo unos pocos grados, tras varios kilómetros acabarás en un lugar completamente diferente. En terapia pasa algo parecido. A veces no hace falta hacer grandes giros, sino ajustar un poco el rumbo. Con tiempo y constancia, ese pequeño desvío puede transformar por completo el camino.

 
  • Gingerich, W. J., & Peterson, L. T. (2013). Effectiveness of Solution-Focused Brief Therapy: A Systematic Qualitative Review of Controlled Outcome Studies. Research on Social Work Practice, 23(3), 266-283. https://doi.org/10.1177/1049731512470859 (Original work published 2013)
  • Franklin, C., Ding, X., Kim, J., Zhang, A., Hai, A. H., Jones, K., Nachbaur, M., & O’Connor, A. (2023). Solution-Focused Brief Therapy in Community-Based Services: A Meta-Analysis of Randomized Controlled Studies. Research on Social Work Practice, 34(3), 265-276. https://doi.org/10.1177/10497315231162611 (Original work published 2024)
  • Gingerich, W. J. & Eisengart, S. (2000). Solution‑Focused Brief Therapy: A review of the outcome research. Family Process, 39(4), 477‑498. DOI: https://doi.org/10.1111/j.1545-5300.2000.39408.x PubMed+9
  • Żak, A. M., & Pękala, K. (2024). Effectiveness of solution-focused brief therapy: An umbrella review of systematic reviews and meta-analyses. Psychotherapy Research, 1–13. https://doi.org/10.1080/10503307.2024.2406540
  • Abin, M., Rajan, S. K., & Amaresha, A. C. (2025). Development of Mindfulness Based Solution Focused Brief Therapy for Children (MBSFT-C): An International Delphi Study. International Journal of Systemic Therapy, 1–21. https://doi.org/10.1080/2692398X.2025.2526899
 

¿HABLAMOS?

Si quieres, podemos empezar por una primera sesión de valoración gratuita, donde resolver dudas y ver si este enfoque puede ayudarte.